lunes, 6 de febrero de 2012

DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA MUTILACIÓN GENITAL FEMENINA

Cada cuatro minutos una niña sufre una mutilación genital. La ablación puede ser de varios tipos; se puede extirpar el clítoris, el clítoris y los labios menores o, la más agresiva, la infibulación, en la que se extirpa el clítoris y los labios mayores y menores.

Esta práctica es una forma de violencia contra la mujer puesto que atenta contra sus derechos fundamentales. Tiene graves consecuencias como traumas emocionales y psicológicos, graves infecciones urinarias, complicaciones en el parto, un mayor riesgo de contagio del VIH/sida o la imposibilidad de vivir y disfrutar plenamente de su sexualidad.

En un post anterior sobre MGF, hablé sobre la película Moolaadé y sobre la modelo Waris Dirie y su vida plasmada en la película Flor del desierto.

Los que deben concienciar contra la ablación a los africanos son los propios africanos. Así lo ve Médicos del Mundo, que trabaja en algunas zonas de España para evitar esta práctica. La ablación se considera beneficiosa para sus hijas y la sienten íntimamente ligada a su identidad social y cultural. No se trata de imponer, sino de concienciar. En ese proceso, los mediadores africanos son imprescindibles.



Es una práctica penada en España. Algunas mujeres buscan recuperar lo que les ha sido robado.

Agnes Paregio es una mujer masai que sufió esta práctica cuando tenía catorce años. Creó la ONG Tasaru Ntomonok (Rescate de la mujer), que lucha contra la ablación de puerta en puerta. Su labor es educar a las niñas y darlas un hogar en el caso de que se vean obligadas a huir de sus propias casas. Intentan que las niñas se reconcilien con sus padres. Si estos no las aceptan, acuden a la justicia.

Pero Agnes no es la única, hay otras mujeres que luchan contra la MGF, como Efua Dorkenoo y Honorata R. Nasuwa que está al frente de la organización NAFGEM.